Jaime Núñez y José Antonio Bravo son primos de segundo grado que se vuelven a reencontrar en el valle de Colchagua, uno como enólogo y el otro como viticultor. Tímidamente en la vendimia 2011 vinifican 2 barricas de Carmenere de forma muy rudimentaria, resultando en un vino de muy buena calidad motivando a producir más. En 2013 producen 5 barricas, en 2014 inauguran una pequeña bodega de adobe, realizando la primera vendimia y produciendo un total de 17 barricas. Hoy producen 20.000 botellas, siempre respetando el objetivo inicial de hacer vinos de alta calidad, expresar lo más característico del terroir del cual provienen y participando en cada etapa. Realizan trabajos específicos al viñedo, cuidando durante todo su proceso las condiciones y labores que aseguren una óptima calidad. Además, quieren que la gente pueda participar de forma más activa de esto, y para ello abren sus puertas de la bodega, y así compartir sus experiencias, buscando acercar de esta manera más a las personas a todo lo que involucra a la producción y elaboración de un vino hecho por sus dueños.